Hicimos un Crucero fluvial por el Rin en el MS Symphonie, y la experiencia fue extraordinaria. Descubrimos que los Cruceros fluviales CroisiEurope te permiten visitar ciudades monumentales preciosas de las que nunca habíamos oído hablar.
En la antigüedad, cuando no existían ni coches ni mucho menos autopistas, los ríos eran la vía más rápida de transporte y comunicación, por lo que las grandes capitales europeas se articularon en torno a sus cauces. París junto al Sena, Viena y Budapest en el Danubio, o Ámsterdam, Colonia, Estrasburgo, Basilea y Stuttgart en el Rin y podríamos seguir y seguir.
Pero además de las grandes capitales, a la vera de los ríos hay pequeñas ciudades o pueblos encantadores como Coblenza y Maguncia en el Rin, Rouen y Honfleur en el Sena, Bratislava y Passau en el Danubio.
Y ese es el gran secreto del éxito de los Cruceros Fluviales CroisiEurope, que además de grandes capitales, te dan la oportunidad de conocer lugares increíbles, alejados de las masificaciones turísticas internacionales.
Croisieurope tiene una flota de más de 50 barcos, por lo que tiene rutas prácticamente en todos los ríos navegables europeos: Rin, canales holandeses, Danubio, Sena, Loira, Ródano, Douro, y mucho más. Incluso en el Mekong y en África.

MS Symphonie
Nuestra ruta comenzó en Ámsterdam con una noche en la ciudad e hizo escalas en Nimega, Colonia, Coblenza, Maguncia, Estrasburgo, Breisach, y final en Basilea. En este crucero, como en muchos otros, Croisieurope garantiza la atención en español, y damos fe que las dos personas de recepción y coordinación del crucero lo hablaban perfectamente, así como muchos de los tripulantes. Las excursiones también se desarrollaban en español.
Los barcos fluviales se construyen pensando en el río en el que van a operar, y aunque todos son similares, difieren un poco en tamaño en función de los puentes que tengan que atravesar. Como denominador común podríamos decir que todos tienen lo fundamental, una recepción con una pequeña tienda de recuerdos, un comedor y un salón social, además de la cubierta exterior con tumbonas al sol y zona de sombra.
El camarote de nuestro crucero en el MS Symphonie tenía dos camas gemelas mirando hacia el ventanal, con una televisión que salía del techo donde siempre estaba disponible la agenda del día, y una zona de escritorio y armarios a su derecha, además de un moderno baño con ducha. Adoramos la comodidad de las camas y las vistas que teníamos desde ellas, y el balcón francés para asomarnos fuera cuando algo especial llamaba nuestra atención.
La comida nos pareció excelente, y aunque es un menú fijo decidido por el chef, no hubo ningún plato que tuviésemos que rechazar. Desde un tradicional plato de carnes y salchichas con chucrut, al bombón de foie gras con pan brioche y vino dulce, pasando por otras recetas de pollo, pescado, o una deliciosa ensalada caprese con burrata. Durante la semana hay también un par de ocasiones en las que se cambia a bufé.
La ruta, de Ámsterdam a Basilea
Embarcamos en Ámsterdam, donde el barco hace una noche, por lo que da tiempo de sobra para visitar la ciudad e incluso adentrarse en alguno de sus museos.
La primera escala fue en Nimega, la ciudad más antigua de Países Bajos, cuyo casco viejo cercano a donde atraca el barco es encantador. En la Plaza del Gran Mercado destaca el precioso edificio renacentista Butterwaag y la Iglesia de San Esteban, pero visitamos también el parque Kronenburgerpark, cuya torre con un estanque a sus pies es realmente fotogénica.
La siguiente escala fue Colonia, una ciudad alemana con más de 1 millón de habitantes, pero que no suena mucho a nivel turístico, salvo por su famosa Catedral de Colonia, una impresionante edificación gótica que tuvo el honor de ser el edificio más alto del mundo cuando se construyó. La ciudad tiene varios lugares preciosos, y no hay que olvidar llevarse de recuerdo la auténtica Eau de Cologne de Farina.
Coblenza fue una gran sorpresa para nosotros. No solo por el gran monumento Deutches Eck, conmemorativo de Guillermo I, en la confluencia del Rin y el Mosela, sino por otras edificaciones preciosas como el Edificio del Gobierno Prusiano o el Palacio de los Príncipes Electores. ¡Volveremos!
A la mañana siguiente se inicia la navegación por el llamado “Rin romántico”, un tramo del río en el que se concentran 27 castillos de todo tipo y épocas, además de encantadores pueblecitos. Pasamos la mañana haciendo fotos.

Rin Romántico
Maguncia fue la siguiente escala y también nos maravilló. Lugar de nacimiento de Gutenberg, el museo sobre el invento que revolucionó el mundo, la imprenta, está junto a la catedral ¡Y qué catedral! Es una enorme e imponente basílica de arenisca roja y uno de los más destacados ejemplos de arquitectura románica existentes en el mundo. Junto a ella, la plaza del mercado alberga una hilera de preciosas casas catedralicias barrocas, un casco viejo encantador y las famosas cristaleras de Chagall en la Iglesia de San Esteban

Catedral de Maguncia
Tras pasar varias esclusas enormes en el Rin llegamos a Estrasburgo, capital del Bajo Rin y sede de numerosas instituciones europeas, pero, además, una joya turística y monumental. Su catedral es espectacular, como espectaculares son los edificios medievales que salpican todo el casco viejo, y que llegan a su máximo esplendor en la zona conocida como “Petite France”, donde las fachadas medievales se funden con los canales y conforman una estampa idílica.

Estrasburgo
Esa estampa idílica se repite incluso con más intensidad en Colmar, uno de los rincones más bellos de Europa, que puedes visitar en una excursión desde la siguiente escala Breisach. Solo hay que decir que Disney se inspiró en Colmar y otros pueblos de la zona para ambientar sus parques temáticos y películas de princesas, así que, la sensación en Colmar es de estar en un sueño, o un parque temático, pero es real.
El crucero finalizó en Basilea (Suiza), pero no tuvimos tiempo de visitarla por culpa de un vuelo de regreso muy temprano, pero es otra ciudad increíble.

Colmar
Ofertas y momentos especiales de los cruceros fluviales.
Los cruceros fluviales Croisieurope incluyen también las bebidas durante las comidas y una buena selección de ellas en los bares. Durante el año hay ofertas 2×1 y descuentos por reserva anticipada, y no solo hay cruceros en verano, sino que también son una excelente opción para Semana Santa y Navidad. En noviembre y diciembre los mercadillos de Navidad llenan de luz y color no solo esta zona de Alsacia, sino cada rincón de Europa, y los cruceros fluviales Croisieurope son una gran forma de visitarlos.








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